EL OBELISCO DE MARIANAO Y LA BICHON HABANERO
Fotografía gratuita de Unsplash
Yo nací en
Marianao que es un municipio de Ciudad de la Habana.
En ese
municipio también nacieron mi madre, mis tres hermanos, mi hija y mi nieta.
En mi
Marianao natal hay una calle que me encanta. La calle 100.
Es una
arteria muy bonita con muchos árboles y flores.
Esa zona se
denomina Buen Retiro. Hay casonas muy bonitas con amplios jardines llenos de
flores y árboles frutales.
Existe hasta
un castillo muy bonito, yo he entrado en él y hay armaduras y muebles antiguos.
Mi familia
vivía en la calle 100, en un apartamento muy pequeño, un lugar muy modesto pero
que nos encantaba.
Yo adoraba
pasear por la calle 100. Bajaba por toda la calle hasta el Obelisco, que es un
lugar muy emblemático de Marianao.
Es un
monumento muy alto en forma de jeringuilla y hasta tiene la aguja. Está
dedicado a Carlos J, Finlay, descubridor del mosquito trasmisor de la fiebre
amarilla.
Un día en que
paseaba por el lugar oí una vocecita que me dijo:
- ¿Te gusta
el paseo?
Miré hacia
todos lados buscando a la persona que se dirigía a mí, pero sólo vi a una
perrita diminuta, blanquita, peludita, preciosa, era un bichón habanero.
-Precioso animalito
¿Qué haces aquí y cómo te llamas?
- Me llamo Yonita
y vivo aquí en el Obelisco, es mi hogar.
- Pero ¿cómo
es que hablas?, los perros ladran, no hablan.
-Pero yo si
hablo, el Obelisco me dio ese don.
-El Obelisco,
pero si sólo es un monumento de piedra y mármol.
-Eso te crees
tú, pero el Obelisco tiene vida propia, es un lugar mágico.
-Yo la verdad
que no lo sabía y mira que hace años que vivo aquí.
-Pues así es
querida amiguita.
Yo estaba
como clavada en la tierra, pero bueno era verdad que aquella linda bichón
habanero me estaba hablando.
-Se me hace
tarde, me dijo la perrita. Hasta otro día.
-Hasta otro
día bello animalito.
Yo también me
fui del Obelisco, tenía que almorzar para irme para la escuela.
Llegué a la
casa y le conté a mima lo que me había pasado, pero ella no me creyó.
Incrédula, le
dije a mi querida madre, ¡tú no sabes que el Obelisco es un lugar mágico! Pues
es verdad, la bichón habanero existe, ese es su hogar y en vez de ladrar,
habla.
En fin, volví
a pasear por el Obelisco a ver si veía a Yonita, pero más nunca lo logré. Bueno
me dije, a lo mejor vuelve la magia y me la vuelvo a encontrar. Por eso cada
vez que viajo a Cuba no dejo de visitar al Obelisco de mi Marianao natal.
Madrid, mayo de 2019.
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