LA HORMIGUITA CLARITA



    Fotografía gratuita de Unsplash
 
En mi casita allá en Cuba un día que subí a la terraza me encontré un hormiguero enorme,
la verdad que no sabía qué hacer para eliminar aquel nido de pequeñas hormigas.
Se me ocurrió coger un cubo de agua y verterlo arriba del hormiguero. Las hormigas corrieron como carros locos hacia todas las direcciones.
Después que lo hice me dio mucha pena, pero que tristeza sentí cuando una pequeña hormiga subió por una de mis piernas y me dijo:
- ¿Por qué has hecho eso? ¿Qué daño te hicimos? estábamos muy tranquilas divirtiéndonos. Somos hormigas pacíficas, no le hacemos daño a nada ni a nadie. Nos encanta estar en esta bella terraza.
-Perdona hormiguita ¿cómo te llamas?
-Me llamo Clarita ¿y tú?
-Yo me llamo Angelita y nunca las había visto.
-Pues hace mucho tiempo que vivimos aquí. Somos una familia de hormigas muy unida. Mi padre y mi madre fueron los primeros que vinieron a esta terraza, después fuimos naciendo y ahora somos un millar.
-Pero ninguna ha muerto ¿verdad? le pregunté.
-Por suerte hemos corrido y nos hemos escondido en diferentes lugares.
-Qué bueno le dije a la hormiga Clarita.
-Me despedí de la simpática hormiga y regresé al otro día y mi asombro fue enorme porque allí en el lugar que había ocupado el hormiguero había crecido una mata de hermosas rosas rojas.
- ¡Pero y esta mata de rosas!, ayer no estaba aquí, dije en voz alta.
De pronto oí una vocecita que me dijo:
-La sembramos nosotras ¿te gusta?
Me di cuenta de que era mi amiga, la hormiga Clarita.
-Me encanta ¿pero por qué lo han hecho?
-Porque nos dimos cuenta que tienes muchas plantas aquí en la terraza pero no tenías ninguna mata de rosas.
-Y yo que las agredí ayer sin compasión.
-No te preocupes te hemos perdonado. Cuida la mata de rosas y por favor más nunca destruyas un hormiguero pacífico como el nuestro.
-No te preocupes Clarita, más nunca lo haré. Vivan felices en mi terraza.
Todos los días subía a la terraza a echarle agua a la mata de rosas que estaba radiante, pero más nunca vi a mi amiga la hormiga Clarita.
Me aprendí la lección, nunca se debe agredir a ningún animal.


  


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