LA GAVIOTA DE MI NIÑEZ
Fotografía gratuita de Unsplash
Cuando era
una niña de unos ocho años, me encantaba jugar en el traspatio de nuestra casa
porque allí había muchas plantas y flores y varios árboles, entre ellos un
ciruelo y un cedro muy antiguo.
También el
traspatio estaba habitado por animales de diversas especies, mariposas
multicolores, ranas verdes que siempre estaban croando, aves de diversas
especies, palomas, tomeguines del pinar, también por un gallo que era propiedad
de mi padre. Teníamos en la casa un perro grande, blanco y negro que mi tía
María se había encontrado un día cerca de la casa en condiciones deplorables,
pero poco a poco con los cuidados que le daba, se puso lindísimo. Todos los habitantes de la casa lo queríamos
muchísimo, se llamaba Yoni y fue el precursor de todos los Yonis que llegaron
posteriormente a nuestra casa.
Estando un
día jugando en el bello lugar se posó en la rama de un cedro que crecía en el
lugar una bella gaviota. Me asombré bastante porque las gaviotas se ven cerca
del mar, pero no en medio de la ciudad. Aquello me llamó mucho la atención, no
le encontraba explicación ninguna.
La gaviota se
me acercó despacito y para mi asombro me dijo:
-Hola bella niña
¿qué haces aquí en este bello lugar?
-Estoy
jugando, todos los días vengo a disfrutar del lugar y a hablar con mis amigas
Glichi y Cata que habitan el ciruelo.
- ¿Y tú bella
gaviota cómo es que hablas y que haces tan lejos del mar?
-Pues te diré
que a mí por supuesto me encantaba vivir cerca del mar, pero un día me enteré de
que existía este bello patio y decidí venir. ¿Y por qué hablo? pues te diré que
una estrella de mar que no era tal estrella, sino un hada me dijo:
-De ahora en
adelante hablarás gaviota.
-Bueno le dije,
ahora sé porque hablas, pero no me has explicado cómo te enteraste de que
existía este lugar tan lejano del mar.
-A mí me lo
dijo un erizo de mar que conoció este lugar porque tu hermano se lo encontró un
día en la playa y lo trajo aquí. Y después de nuevo lo devolvió al mar porque
el erizo extrañaba mucho su entorno. ¿Pero sabes una cosa? el mar no queda tan
lejos, bueno a mí no me pareció que la distancia era tan grande. Un día
emprendí el vuelo y llegué aquí al traspatio de tu casa y aquí me ves, vivo feliz
y contenta. Las mariposas son mis amigas, las ranas, aunque no me gustan mucho,
también son mis amigas y como ves aquí hay otras aves que me hacen compañía.
Oí a lo lejos
que mi madre me llamaba para almorzar. Me despedí de la bella gaviota.
-Adiós bella
avecita, sigue disfrutando del traspatio de mi casa.
-Adiós
hermosa niña.
Seguí
visitando el traspatio de nuestra casita, pero no vi más nunca a la gaviota. A
lo mejor regresó al mar. La verdad es que mi traspatio era muy bonito pero el
mar es algo inexplicable.
Seguramente
ahora mi amiga la gaviota juega en la arena con la estrella de mar que es un
hada y con el erizo amigo de mi hermano.
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