LAS CIGÜEÑAS Y EL COLIBRÍ
Fotografía gratuita de Unsplash
Un día que
estaba paseando por Alcalá de Henares, me encontré con una cigüeña que me llamó
mucho la atención.
Era una cigüeña
de gran tamaño, preciosa.
Con una voz
muy ronca me preguntó.
-Señora, ¿qué
hace por estos parajes?
Le dije un
poco sorprendida:
-Me encanta
pasear por estos lugares llenos de encanto ¿y tú que haces por aquí bella cigüeña?
-Yo, me dijo,
vivo aquí desde hace muchos años, hay lugares preciosos que a mis hijos y a mí
nos encantan.
- ¿Tienes
muchos hijos? le pregunté.
-Tengo siete.
-Siete, eres
una cigüeña muy prolifera.
- ¿Quieres
conocerlos?
-Me
encantaría, esa es la verdad.
-Sígueme.
Fui tras la cigüeña
que me llevó por lugares que nunca había visitado.
Después que
recorrimos un largo trecho llegamos a un sitio encantador.
Había un
riachuelo donde había muchas tortugas, nadaban infinidad de patos y hasta un
cisne blanco como el azúcar y un cisne negro como la noche. Yo estaba
maravillada.
En un árbol
que crecía cerca del riachuelo vi un nido gigantesco.
La cigüeña
llamó a sus siete hijos que fueron llegando despacito.
-Niños esta señora
quiere conocerlos.
-Mucho gusto,
dijeron los siete con voces cantarinas.
-Encantada,
les contesté. ¿Cómo están ustedes? les pregunté.
-Muy bien señora,
muy contentos de vivir en este sitio tan encantador junto con nuestra madre.
-Si que el
lugar es encantador, pensé.
De pronto
llegó volando hasta donde estábamos un diminuto colibrí.
-Hola, nos
dijo la pequeña avecilla. ¿Cómo están?
-Muy bien
contestaron las cigüeñas. ¿Y tú pequeña avecilla cómo te encuentras?
-Yo
encantada. ¿Y esta señora quien es?
-Ella es
nuestra amiga, dijo la cigüeña madre.
-Colibrí, le
dije a la avecilla, nunca te había visto antes.
-La verdad
que no sé porque no me habías visto, siempre estoy por aquí paseando.
-Debe ser que
eres muy pequeña y no me había percatado de tu presencia.
-Puede ser señora,
si soy un ave muy pequeñita, pero muy sabía.
Ya se me
hacía tarde y me despedí de mis nuevos amigos.
Cada vez que
paseo por Alcalá de Henares, me encuentro con mis queridos amigos y se ponen
muy contentos cuando les cuento sobre mi nieta Amanda. Les dije que se acababa
de graduar del Instituto y que quería estudiar cocina. Que es una muchacha muy
bonita y cariñosa.
Mis amigos me
pidieron que la próxima ves trajera a mi nieta para conocerla.
Efectivamente
llevé a Amanda conmigo a conocer a mis amigas las aves.
Mi nieta se
hizo muy amiga de las aves que bailaron y cantaron para ella.
El colibrí
que es muy sabio le dijo.
Amanda vas a
ser una gran chef.
Mi nieta se
acercó a la avecilla y ésta le dio un besito con su pequeño piquito.
Ha surgido
una maravillosa amistad entre mi amada nieta y las aves.
Yo me alegro
muchísimo.
Madrid, junio de 2019
Madrid, junio de 2019
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