LAS CIGÜEÑAS Y EL COLIBRÍ


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Un día que estaba paseando por Alcalá de Henares, me encontré con una cigüeña que me llamó mucho la atención.
Era una cigüeña de gran tamaño, preciosa.
Con una voz muy ronca me preguntó.
-Señora, ¿qué hace por estos parajes?
Le dije un poco sorprendida:
-Me encanta pasear por estos lugares llenos de encanto ¿y tú que haces por aquí bella cigüeña?
-Yo, me dijo, vivo aquí desde hace muchos años, hay lugares preciosos que a mis hijos y a mí nos encantan.
- ¿Tienes muchos hijos? le pregunté.
-Tengo siete.
-Siete, eres una cigüeña muy prolifera.
- ¿Quieres conocerlos?
-Me encantaría, esa es la verdad.
-Sígueme.
Fui tras la cigüeña que me llevó por lugares que nunca había visitado.
Después que recorrimos un largo trecho llegamos a un sitio encantador.
Había un riachuelo donde había muchas tortugas, nadaban infinidad de patos y hasta un cisne blanco como el azúcar y un cisne negro como la noche. Yo estaba maravillada.
En un árbol que crecía cerca del riachuelo vi un nido gigantesco.
La cigüeña llamó a sus siete hijos que fueron llegando despacito.
-Niños esta señora quiere conocerlos.
-Mucho gusto, dijeron los siete con voces cantarinas.
-Encantada, les contesté. ¿Cómo están ustedes? les pregunté.
-Muy bien señora, muy contentos de vivir en este sitio tan encantador junto con nuestra madre.
-Si que el lugar es encantador, pensé.
De pronto llegó volando hasta donde estábamos un diminuto colibrí.
-Hola, nos dijo la pequeña avecilla. ¿Cómo están?
-Muy bien contestaron las cigüeñas. ¿Y tú pequeña avecilla cómo te encuentras?
-Yo encantada. ¿Y esta señora quien es?
-Ella es nuestra amiga, dijo la cigüeña madre.
-Colibrí, le dije a la avecilla, nunca te había visto antes.
-La verdad que no sé porque no me habías visto, siempre estoy por aquí paseando.
-Debe ser que eres muy pequeña y no me había percatado de tu presencia.
-Puede ser señora, si soy un ave muy pequeñita, pero muy sabía.
Ya se me hacía tarde y me despedí de mis nuevos amigos.
Cada vez que paseo por Alcalá de Henares, me encuentro con mis queridos amigos y se ponen muy contentos cuando les cuento sobre mi nieta Amanda. Les dije que se acababa de graduar del Instituto y que quería estudiar cocina. Que es una muchacha muy bonita y cariñosa.
Mis amigos me pidieron que la próxima ves trajera a mi nieta para conocerla.
Efectivamente llevé a Amanda conmigo a conocer a mis amigas las aves.
Mi nieta se hizo muy amiga de las aves que bailaron y cantaron para ella.
El colibrí que es muy sabio le dijo.
Amanda vas a ser una gran chef.
Mi nieta se acercó a la avecilla y ésta le dio un besito con su pequeño piquito.
Ha surgido una maravillosa amistad entre mi amada nieta y las aves.
Yo me alegro muchísimo.

Madrid, junio de 2019

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