MI MUSA
Fotografía gratuita de Unsplash
Mi musa es un poco veleidosa. A veces me visita con frecuencia y otras no aparece por mucho tiempo.
Me la imagino
como una muchacha de largos cabellos castaños y ojos marrones. Creo que se
parece a mi nieta.
Un día estaba
yo sentada en la Quinta de los Molinos y vi aparecer a una muchacha muy bella.
-Hola, me
dijo ¿cómo estás?
-Muy bien ¿y
tú? Por cierto ¿quién eres?
- ¡Pero no me
has reconocido!
-La verdad es
que no.
-Soy tu musa.
-¡Mi musa,
pero si eres parecida a mi nieta querida!
-Pues
efectivamente, soy tu musa y por favor no me digas que soy veleidosa, yo
siempre estoy a tu lado sino fuera así, no escribirías tantos cuentos
hermosos.
-Es cierto, perdóname
por haberte llamado veleidosa, pero es que a veces desapareces.
-Es cierto,
pero es que me gusta mucho viajar.
-Ayer regresé
de un viaje al Polo Norte.
- ¡Fuiste al
Polo Norte, con el frío que hace allí!
-En efecto,
me dijo, hay mucho frío, pero conocí a seres encantadores.
-Me hice muy
amiga de un pingüino que se llama Manolo y que me llevó a conocer a su familia,
que es encantadora. También conocí a un oso polar que se llama Raimundo y a
unos gnomos encantadores que viven en unas cuevas debajo de la nieve.
- ¡Qué
maravilla! ¿y no has ido a mi isla?
- ¡A la Isla
de Cuba! por supuesto y me bañé en ese mar maravilloso que tiene colores
increíbles y el agua tan calientica, me encantó. Y la arena finita como azúcar.
-Sabes, también
estuve en tu casita en Marianao y allí conocí a la salamandra amiga de Lucas,
tu sobrino nieto y a las hormiguitas que viven en tu terraza. Me preguntaron
por ti y me dijeron que te diera muchos cariños.
-Bueno, la
verdad que todavía demoro un poco en viajar, yo también tengo muchos deseos de
ver a mis hermanos, a mi cuñada y a mi sobrino y a su hijo Lucas, y por
supuesto bañarme en el Mar Caribe y comer mangos y guayabas. Por supuesto y darles muchos cariños a la
salamandra y a las hormigas.
-Me tengo que
ir, dijo mi musa.
- ¡Ves lo que
te digo! apareces, pero estás muy poco tiempo.
-Bueno es
cierto, pero tengo que ir a Praga a conocer a tus sobrinos y a sus hijitas. Pero
no te preocupes que volveré pronto.
-Adiós musa,
hasta pronto.
Mi musa antes
de irse me dio un gran beso y me puso en la cabeza una guirnalda hecha con
girasoles.
Gracias musa
por este regalo. Le di también un beso. Adiós, le dije, vuelve pronto.
Te estaré
esperando.
Madrid, julio de 2019
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