LA BENDITA LLUVIA

    Fotografía gratuita de Unsplash
 
Un día sentí en mi ventana un ruido:
TOC TOC TOC.
¿Que era aquel ruido y quien lo hacía?
- ¿Quién interrumpe mi descanso dije en voz alta?
Volvió a sonar el TOC TOC TOC.
- ¿Quién es pregunté?
-Angelita, soy yo, la Lluvia.
Miré hacia afuera y vi que llovía torrencialmente.
¿Qué quieres bendita lluvia?
-Pues simplemente conocerte y preguntarte si te gusto.
-Bueno, la realidad es que no me gustas mucho, pero sé que eres muy necesaria. Eres indispensable para las plantas, los animales y por supuesto para el hombre.
-Oye, por cierto ¡quieres conocer a mis hijas las gotas de lluvia!
-Por supuesto, bendita lluvia.
A mi ventana se asomó una gota de lluvia con el pelo rubio.
-Yo soy Silvia.
-Mucho gusto, le dije.
-Después apareció otra, pero con el pelo rojo.
-Me llamo Carmina.
-Encantada, le expresé.
Y así sucesivamente fueron asomándose a mi ventana las gotas de lluvia, unas grandes y otras pequeñitas. Conté mil.
-Angelita ¿quieres que te presente a un buen amigo mío?
-Si, bendita lluvia.
Se asomó a mi ventana un ser extraordinario.
Era un duende de color verde limón.
-Hola hermoso duende ¿cómo te llamas?
-Me llamo Lucas ¿y tú?
-Yo me llamo Angelita. ¿Sabes una cosa? tengo un sobrino nieto que también se llama Lucas.
-Quisiera conocerlo.
-Pero vive muy lejos en una Isla llamada Cuba.
- ¡En una isla! pero yo quisiera ir a saludarlo.
-Pues díselo a tu amiga la lluvia a ver si te ayuda.
Efectivamente el duende se lo dijo a la bendita lluvia y ésta lo llevó a Cuba donde conoció a mi sobrino nieto Lucas. Entre los dos nació una gran amistad.
La lluvia seguía cayendo, y seguían sus hijas tocando en mi ventana.
TOC TOC TOC.
Pero el Astro Rey estaba deseoso ya de salir y le dio un empujón a la lluvia y ésta no tuvo más remedio que dejar de caer. Cuando cesó el aguacero salió un bello arcoíris de vivos colores.
Pero antes de irse la bendita lluvia me dijo.
-Adiós Angelita, sé que no te gusto mucho pero no lo dudes volveré.
-Adiós bendita lluvia, no dejes de venir a tocarme en la ventana serás bienvenida no solo por mí, sino por todos. Sabes que eres imprescindible buena amiga.
Así queridos amigos y amigas fue mi encuentro con la Bendita Lluvia y con el duende Lucas.
Y desde ese día debo confesar que la lluvia me gusta un poquito más, aunque debo confesar que prefiero los días soleados, no se lo vayan a decir a la Bendita Lluvia, es un secreto entre ustedes y yo.

Comentarios

Entradas populares