UN OMNIBUS MARAVILLOSO



     Fotografía gratuita de Unsplash
Cerca de nuestra casa está la parada del ómnibus. Este ómnibus hace un recorrido precioso. Comienza en la Quinta de los Molinos y culmina en el centro de Madrid.
Un día iba yo haciendo el conocido recorrido y oigo una voz que me dice;
- ¿Le gusta el viaje hermoso señora?
Miré hacia el elegante y perfumado señor que iba a mi lado, pero aquel señor iba muy serio y callado.
De nuevo la voz me dice:
-Señora ¡le he preguntado si le gusta el viaje!
Miré a la señora que iba sentada en el asiento delantero. Pero aquella señora no había dicho ni pío.
-Señora ¿no sabe quién le habla?
-La verdad que no lo sé.
-Soy yo, el ómnibus.
- ¡El ómnibus! dije asombrada.
-Si señora, yo la veo con mucha frecuencia y hace tiempo que quería conversar con usted.
- ¿Es Usted madrileña?
-Soy cubana y vivo en Madrid con mi familia.
Cuando el ómnibus llegó a la parada de la Puerta de Alcalá, subieron cuatro hermosas jóvenes de largos y sedosos cabellos, de tonalidades diversas, una rubia, otra castaña y la tercera pelirroja.
-Señora, somos las ninfas del Parque del Retiro. Nos encanta este maravilloso ómnibus igual que a usted.
En la parada de Cibeles subieron tres gallardos jóvenes vestidos con trajes de colores brillantes.
Me dijeron:
-Señora, somos los elfos de la fuente de Cibeles.
Yo les dije: Mucho gusto hermosos elfos.
Llegamos a Callao y allí me bajé acompañada de mis nuevos amigos.
Comenzamos el recorrido y llegamos al Palacio Real. Allí para mi asombro, salió del blanco árbol de Navidad que allí está colocado un hermoso trineo tirado por seis enormes galgos y encima del carruaje viajaban siete duendes vestidos de rojo.
Los duendes me obsequiaron con una cesta repleta de nueces, castañas y avellanas.
-Gracias les dije, se lo llevaré a mi familia.
Yo tenía que marcharme y seguida con las ninfas, los elfos y los duendes me dirigí hacia la parada. Cuando me subí en el ómnibus mis amigos desaparecieron.
El ómnibus me preguntó:
-Señora cubana ¿le gusto el paseo?
-Por supuesto, me ha encantado, pero sabes maravilloso ómnibus, cuando llegue a mi casa no me crearán.
Mi bella nieta Amanda dirá:
-Abuela déjate de fantasías.
Mi querida hija Frisi me expresará:
-Mami, déjate de locuras.
Yo me echaré a reír con ganas y pensaré:
¡Que no me crean, pero yo seguiré viajando en el Maravilloso Ómnibus!






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