SUEÑO DE UNA NOCHE DE INVIERNO MADRILEÑA
Fotografía gratuita de Unsplash
Hace unos días viajé a Cuba.
Allí en nuestra casita me estaban esperando mis hermanos, mi sobrino y el benjamín de la familia, el precioso Lucas.
Pero también salieron a mi encuentro los personajes maravillosos que habitan nuestro hogar marianense.
Allí en nuestra casita me estaban esperando mis hermanos, mi sobrino y el benjamín de la familia, el precioso Lucas.
Pero también salieron a mi encuentro los personajes maravillosos que habitan nuestro hogar marianense.
Cuando entré en la casita salieron a mi encuentro las
hormiguitas que viven en la mata de buganvilia y también la salamandra que
habita allí.
Todos los pajaritos, las abejas, las cotorras, las
mariposas y las lagartijas que tienen por hogar la Fuente Maravillosa que a mi
hija le encantaba cuando era pequeña.
También visité Santiago de las Vegas donde viven dos
hermanos míos y allí por supuesto también me recibieron los duendes, las hadas,
las flores, las abejas y los pequeños ruiseñores que tienen como guarida las
plantas que tienen mis hermanos en la terraza.
A mí me encanta mi casita cubana. La acogedora casita tiene una terraza donde hay muchas
plantas, por supuesto la buganvilia, pero también hay malangas, helechos y
otros tipos de plantas.
Esas maravillosas plantas son mágicas. Si mágicas, porque cuando entré en la terraza las
plantas comenzaron a cantar una bella melodía y salieron dos hermosas y verdes ranas
que me sacaron a bailar.
Visité El Templete y la Alameda de Paula. En esos lugares sucedieron cosas maravillosas.
En El Templete se me apareció un hada vestida de azul,
el mismo color que tienen las aguas que acarician el malecón habanero.
El hada me dijo: Soy el hada del Templete y vivo en la
ceiba. Estoy encantada de que estés de visita, hacía mucho tiempo que no te
veía.
Encantada de conocerte hada del Templete.
La India de la Fuente bajó de su pedestal se acercó a mí
y me dio un beso.
En la Alameda de Paula se me posó en el hombro una
hermosa gaviota que me susurró al oído: ¡Bienvenida!
Cuando llegué al Paseo del Prado los leones rugieron.
Visité el Palacio de los Capitanes Generales y allí me
saludaron dos pavos reales.
-Hola querida amiga.
En Marianao estuve en el Obelisco y me encontré con un
personaje encantador El duende del Obelisco que me dio un abrazo y me expresó:
-Bienvenida querida marianense.
Es cierto soy marianense de pura cepa y nunca olvido
mis raíces.
Cada vez que visito el caimán disfruto de lo lindo
recorriendo mi terruño.
La calle 100, con su verdor característico es uno de
los sitios de Marianao que más disfruto.
Durante esta visita cuando paseaba por esa calle
marianense se me acercó una perrita pequeña y blanquita que cojeaba de una
patica.
- ¿Te acuerdas de mí?
-Por supuesto animalito maravilloso, eres la Yonita de
mi corazón.
También vi a la otra Yonita, la negra, la zalamera, la
alborotadora, la escandalosa, la que un día recogimos mi hija y yo en Santiago
de las Vegas cuando sólo era un ser pequeño y simpático.
Esa es la magia de la calle 100 que hace que me
encuentre con esos encantadores e inolvidables animalitos.
He pasado días inolvidables, colmados de alegría y
felicidad.
Nuestra casita quedó muy triste cuando me marché.
Los personajes maravillosos y mágicos que la habitan
quedaron desconsolados con mi partida.
La salamandra, las lagartijas, las hormiguitas que
habitan la buganvilia, todos se despidieron con mucha melancolía y me dijeron.
Hasta la próxima, te esperamos.
La Fuente Mágica comenzó a lanzar agua de diferentes
colores y entonó una bella melodía:
Marianense, bonita
Te gusta mi agüita
Estoy muy contenta tralala, tralala, tralala
Allí en la calle 94 se reunieron los leones del paseo del
Prado, la India de la Fuente, las gaviotas de la Plaza de la Catedral, los dos
pavorreales de la Plaza de los Capitanes Generales, el hada del Templete, la
gaviota de la Alameda de Paula, el duende del Obelisco de Marianao y por
supuesto la yonita blanca y la yonita negra.
Todos me despidieron con mucha alegría y amor.
Me desperté y me di cuenta que todo había sido un sueño
de una noche de invierno madrileña.
Me dije, no importa que toda haya sido un sueño, estuve en Cubita la Bella.
Madrid, enero de 2020
Comentarios
Publicar un comentario