A MADRID LE FALTA EL MAR
Fotografía gratuita de Unsplash
Madrid es una ciudad preciosa. A mí me encanta.
Me gusta mucho pasear por sus calles y parques.
Cerca de nuestra casa hay dos parques, Torre Arias y la Quinta de los Molinos, los disfruto.
Pero como soy caribeña, extraño mucho el mar.
En mi isla de Cuba, el mar baña sus playas de arenas blancas.
El mar es precioso azulito y calentito.
Y cuando paseo por Madrid, siempre me digo una cosa.
A Madrid le falta una cosita, el mar.
Cada vez que voy a mi isla voy al malecón.
En ese lugar me disipo, me encanta ver las gaviotas volar y sentir el olor del mar. Es maravilloso.
Al malecón van muchas parejas de enamorados que se sientan en sus muros a enamorarse y a arrullarse.
También por las tardes acuden muchas familias a pasear.
Allí podemos encontrarnos con vendedores ambulantes y con músicos callejeros.
Te puedes comer un riquísimo cucurucho de maní tostado
Siempre me ha gustado sentarme en su muro y disfrutar del olor del mar y ver a las gaviotas. Me encantan las gaviotas, están llenas de gracia.
Ese es mi querido malecón habanero lleno de ensueño y nostalgia. ¡Como lo extraño!
Me encanta ir a la playa, voy mucho con mi familia.
A mi nieta también le gusta mucho la playa. Tenemos relativamente cerca de nuestra casa en Cuba varias playas.
La playa de Santa María que es un lugar paradisiaco.
También está la playa de Guanabo.
Y como la costa donde hay un paseo marítimo.
Son lugares preciosos.
La verdad que me apasiona el mar, lo disfruto mucho.
Me encanta ver los pececitos, los caracoles, las conchitas todo es encantador.
Quisiera trasladar a Madrid un pedacito de mi mar caribeño.
Un día paseando por la playa de Santa María me encontré un bello caracol.
Aunque no lo crean se dirigió a mí y me dijo:
-Hermosa señora ¿disfrutas?
-Por supuesto hermoso caracol
- ¿Vives en la isla?
-Si, vivo aquí pero también en Madrid.
- ¿Madrid?
-Si es una bella ciudad, hermosa.
- ¿Y allí hay mar?
-No que va, en Madrid no hay mar, hay que ir al norte, al Mar Cantábrico o al Mediterráneo, pero realmente quedan muy lejos de Madrid.
Recogí a aquel bello caracol y me lo llevé de regreso a Madrid.
Y cuando un día estaba paseando por el Parque del Retiro, me pareció que a lo lejos veía el mar.
¡El mar, que maravilla! me dije ¡es un milagro!
Si, era el milagro del caracol caribeño.
Bueno esto por supuesto es una fantasía, pero por un momento, Madrid tuvo su Mar.
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