LA CUEVA DE LA PLAYA DE AGUILAR
Recientemente cuando estuve con mi familia en Cudillero, Asturias, iba con mucha frecuencia a la playa de Aguilar, que queda relativamente cerca de la casita de mis consuegros.
Pues en esa playa hay una cueva pegadita al mar.
Mi hija y yo entrábamos con mucha frecuencia.
Es una sensación casi mágica.
En una ocasión en que entramos en la cueva vimos a un ser maravilloso.
- ¿Qué es? le pregunté a mi hija.
- No sé mami, me contestó.
Aquel ser mágico se nos acercó muy despacio y vimos que era un gran pez, de escamas doradas.
Mi hija me dijo:
- ¡Mami que pez tan maravilloso!
- Si hija y que afortunadas somos de verlo.
El pez se nos acercó muy despacito y nos dijo con una voz muy melodiosa.
- Hola amigas ¿disfrutando de la cueva?
- Si amigo pez, estamos encantadas de estar en esta hermosa cueva.
- Pues les diré que yo soy el dueño de esta cueva.
De pronto se nos acercaron pececitos de varios tamaños y colores que nos trajeron corales y pequeñas conchitas.
¡Qué maravilla! estábamos encantadas de todo aquello.
También aparecieron unas esponjas gigantes y de colores brillantes.
No habíamos visto nunca aquellas esponjas. En Cuba las habíamos visto, pero no tan grandes.
El pez prosiguió hablándonos de las maravillas de aquella cueva y nos dijo que lo siguiéramos.
Así lo hicimos y entramos con él a lo más profundo de la hermosa cueva.
Ante nosotras apareció un bello palacio.
Cuando entramos en él nos recibieron con mucho cariño calamares gigantes, caracoles de vivos colores y otros seres encantadores.
Pero teníamos que irnos y acompañados del pez dorado salimos de la hermosa y mágica cueva.
Esa fue nuestra experiencia en la playa de Aguilar en Cudillero.
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