EL NIÑO Y EL PERRITO

 

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 Este era un niñito que se llamaba Michael.
Era un niño muy bonito.
Michael tenía un perrito llamado Guchi.
Era un perrito muy juguetón y alegre.
Un día el niño y su perrito salieron a pasear.
Iban los dos muy contentos tarareando una canción.
De pronto se les apareció un duende que les dijo:
- ¿A dónde van ustedes?
- Vamos a pasear un poquito porque el día está muy bonito.
- Es cierto, dijo el duende, el sol brilla y el cielo está azulito.
Siguieron su camino Michael y su fiel perrito acompañados del duende que les dijo que se llamaba Pancho.
Más adelante se toparon con un gran caracol, rosado y azul.
El caracol también les preguntó que a donde se dirigían.
- Vamos a dar un paseo, dijeron el niño y su perrito.
- Me parece muy bien dijo el caracol, el día está precioso.
Siguieron caminando acompañados por el duende y el caracol que se llamaba Toño.
- Mira, dijo Michael ¡una fuente!
- Si, que linda fuente, vamos a ver que hay en ella, dijo Guchi.
Cuando llegaron al borde de la fuente vieron una gran tortuga.
-Hola tortuga ¿Cómo estás? preguntó el niño.
- Muy bien, cogiendo sol.
- Que bien, porque el día está precioso.
A la tortuga se le unieron unos pececitos rojos preciosos, que comenzaron a nadar y a salpicar al niño, al perro, al duende y al caracol.
Por favor amigos peces dijo la tortuga, no nos mojen más.
¿El agua está riquísima amiga tortuga, por qué te quejas?
Es cierto, sigan entonces mojándonos con esa agua tan fresquita.
El perrito Guchi le dijo a Michael.
- Oye, se nos ha hecho tarde y en casa deben estar preocupados.
- Es cierto, dijo el niño.
Se despidieron del duende, del caracol, de la tortuga, de los pececitos rojos y regresaron felices y contentos a su casita.
Ninguno de los dos olvidaría la aventura que habían vivido en un día precioso de sol radiante y cielo azul.