CUMPLEAÑOS DE ENSUEÑOS

 

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Mi nieta Amanda tiene muchas bonitas vivencias de ese lugar maravilloso que es la Quinta de los Molinos, que queda tan cerca de nuestra casa.

Allí le celebramos muchos cumpleaños en un lugar precioso cubierto por un césped verde y mullido colocábamos todo lo que preparábamos sobre unas mantas, los sanwiches en forma de corazones que Amanda preparaba, bocadillos diversos, tortilla de papa, ensalada fría, croquetas, dulces, también llevábamos refrescos y jugos.

Cuando cumplió 14 años hizo una tarta preciosa y riquísima, recuerdo que era de fresas, ya en aquel entonces sabía cuál sería su profesión en el futuro: Sería repostera.

Ahora estudia en la Escuela de Cocina y le encanta. 

A esos picnics asistían familiares y amigos, pero Amanda lo que más apreciaba era la presencia de su prima Irune y de su amiga Claudia.

Las niñas la pasaban de maravilla.

Cantaban, bailaban y se contaban historias llenas de fantasía. Que bellos momentos aquellos que compartían.

Amanda apreciaba mucho que su prima y su amiga compartieran con ella aquellos mágicos momentos.

En una ocasión en que estábamos sentados en el verde prado se nos acercó una bandada de cotorras verdes y chillonas.

Llegaron con gran algarabía cantado.

¡Cumpleaños feliz!

¡Cumpleaños feliz!

Todos estábamos asombrados.

Luego se nos acercaron despacito unas tortuguitas preciosas que nos preguntaron 

por Carlota, la tortuguita que vive en nuestra casa.

Una de las tortuguitas sacó una diminuta guitarra y comenzó a bailar.

Tomó de la mano a Amanda y le dijo: 

-Ven, baila conmigo.

Mi nieta al principio se negó, pero la tortuguita fue muy persuasiva y Amanda salió a bailar como nunca lo había hecho.

Todos estábamos felices y contentos.

El cumpleaños estaba quedando maravilloso.

Salieron del estanque que hay en la Quinta y que es precioso unos patos que le regalaron a mi nieta un ramo de flores precioso, las rosas, las petunias esparcían su aroma, los gladiolos. 

Transcurría el tiempo, fue anocheciendo y poco a poco todos nos fuimos retirando.

Todos lo cumpleaños que le celebramos a mi nieta en la Quinta quedaron maravillosos.

Se hizo mayor y dejamos de celebrarlos allí, pero ella los recuerda con mucho amor y cariño.

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