LA CASA DE JENGIBRE
Fotografía gratuita de Unsplash
Mi preciosa chef Amanda preparó una tarta deliciosa que tenía como base una casita de Jengibre.
Que cosa más rica, la tarta era una maravilla, esponjosa y suave y con un sabor delicioso.
Al otro día de confeccionarla se llevó una sorpresa grandísima al ver que dentro de la casita se habían refugiado unos pequeños hombrecitos.
¿Quiénes son ustedes? ¡cómo se atrevieron a entrar en mi casita de jengibre!
Disculpa hermosa chef, le dijeron los hombrecitos a Amanda. Es que nos cogió la noche y no teníamos donde dormir y vimos esta casita tan bella y acogedora y decidimos entrar en ella.
Bueno si es así los disculpo.
De pronto comenzaron a llegar unos hermosos y diminutos animalitos,
caballitos de hermoso pelaje, cerditos de hociquitos rosados, renos de hermoso porte,
tortuguitas de agua, cotorritas multicolores, hermosos cisnes, en fin, todos aquellos diminutos animalitos rodearon a Amanda y entonaron unas canciones preciosas.
Pero lo que más impactó a mi querida nieta es que se dio cuenta que todos los animalitos eran de jengibre.
¡Qué maravilla! se dijo mi querida chef.
De pronto apareció una hermosa muchacha que llevaba un traje bellísimo confeccionado también de jengibre.
¿Quién eres? Preguntó Amanda.
Soy el hada del jengibre y me ha encantado la tarta que confeccionaste.
La hice con mucho amor porque era mi regalo de Navidad para mi familia.
La Navidad y su magia expresó el hada de jengibre.
Y todos los pequeños hombrecitos que se habían refugiado en la casita, los diminutos animalitos y el hada de jengibre rodearon a Amanda y le cantaron una hermosa canción:
Bella chef te queremos mucho
Eres la reina de la fantasía
Sigue así querida jovencita
Harás las delicias de todos los que prueben tus deliciosas tartas
tralala, tralala, tralala
¡Viva la Navidad con su magia infinita!
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